lunes, 23 de marzo de 2009




AMISTAD A LO LARGO







Pasan lentos los días



y muchas veces estuvimos solos.



Pero luego hay momentos felices



para dejarse ser en amistad.



Mirad:
somos nosotros.



Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía.



Llegaban noches. Al amor de ellas



nosotros encendíamos palabras,



las palabras que luego abandonamos



para subir a más:

empezamos a ser los compañeros



que se conocen



por encima de la voz o de la seña.



Ahora sí. Pueden alzarse

las gentiles palabras



-ésas que ya no dicen cosas-,



flotar ligeramente sobre el aire;



porque estamos nosotros enzarzados

en mundo, sarmentosos



de historia acumulada,



y está la compañía que formamos plena,



frondosa de presencias.



Detrás de cada uno

vela su casa, el campo, la distancia.



Pero callad.



Quiero deciros algo.



Sólo quiero deciros que estamos todos juntos.



A veces, al hablar, alguno olvidasu brazo sobre el mío,



y yo aunque esté callado doy las gracias,



porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.



Quiero deciros cómo trajimos

nuestras vidas aquí, para contarlas.



Largamente, los unos con los otros

en el rincón hablamos, tantos meses!



que nos sabemos bien, y en el recuerdo



el júbilo es igual a la tristeza.



Para nosotros el dolor es tierno.



Ay el tiempo! Ya todo se comprende.
Jaime Gil de Biedma

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